En los años treinta los coches de lujo no se fabricaban como
ahora, la fábrica montaba el chasis por lo general al completo, es decir con
suspensiones y motor, y se enviaba a un especialista carrocero, este construía
y montaba la carrocería siguiendo las instrucciones del propietario del vehículo.
Así es que en 1937 el
Mayor retirado Godfrey
Douglas Giles superviviente de múltiples batallas y pintor de acciones de
guerra, encargo otro chasis a la fábrica Bugatti, esta le entrego el chasis con
el número 57593 y su hermano Eric (pasaron más de quince Bugattis por sus manos)
se encargó del diseño de la carrocería, y la construcción de esta se realizó en
los talleres Corsica que al año siguiente entrego el vehículo completamente
acabado con un bellísimo azul ultramar, los hermanos Giles la apodaron "La
Petite Suzanne".
El tiempo transcurrió y la unidad fue cambiando de
propietarios que fueron adaptando el vehículo a sus preferencias, el profundo
azul ultramar paso a ser un alegre y vivo azul celeste, la rueda de repuesto se
sacó del capo y se puso sobre la tapa del maletero, se cambió el parabrisas y cerraron
distintas entradas de ventilación, también compitió en diversas subidas de montaña.
Siguen pasando los años y llegamos a 1985, esta unidad
pasa a manos de John Mozart que la restaura a su estado prácticamente original,
recuperando su profundo azul ultramar.
Esta es la historia de coche con varias vidas.